Vuestra
visita fue uno de esos regalos preciosos que la Virgen del Carmen da a sus
hijos. La jornada que estuvimos juntos estuvo marcada por un no sé que como si nos
conociésemos de siempre. Eso sólo se explica desde la mirada de Jesús, que es
el verdadero autor de nuestras vidas. Le doy gracias por vuestra visita. Que Él
y María Nuestra Madre nos unan en fraternidad cada vez más.
Fray Andrew María del Corazón de Jesús nov. carm.
El jueves 16 de octubre los novicios carmelitas
de Salamanca, con su maestro P. Desiderio García Martínez, han visitado la
comunidad de los hermanos Carmelitas Descalzos en el Desierto de Las Palmas,
después de haberlos conocido durante la celebración de los 522 beatos mártires
del siglo XX que tuvo lugar en Tarragona, entre los que se encontraban 30
hermanos brutalmente asesinados mientras confesaban su propia fe llevando
puesto el escapulario de la Virgen María del Monte Carmelo.
En este desierto los dos noviciados
se han encontrado y han compartido el día, visitando las varias ermitas que
caracterizan este lugar, situados en un contexto natural que bien ayuda a quien
busca silencio, meditación y – añadimos nosotros – ayuda también a quien quiere
imaginarse cómo era la primera comunidad de hermanos que quiso vivir y
testimoniar en el Monte Carmelo su celo a Dios. Un verdadero oasis para
reflexionar, rezar y vivir la oración, entendiendo y, trascendiendo la
hermosura del lugar a través de nuestra espiritualidad, lo que nos recuerda el
Beato Tito: "La oración es vida, no un oasis en el desierto de la vida".
Un Monte Carmelo que –
espiritual y geográficamente – es un lugar único, su subida conduce al
único Dios; y si algunos peregrinos quieren llegar a la cima de esa misma
montaña, es la mejor manera de llegar a la única cima. Esta era la sensación mientras éramos huéspedes en este hermosísimo
desierto teresiano: de estar hablando con compañeros que tienen nuestros mismos
objetivos, nuestras mismas herramientas y el mismo celo por quien amamos, cada
mañana, llevando puesta la misma “armadura” ornada del escapulario, de vivir
“In obsequio Jesu Christi”.
Como indicaba claramente S. Teresa
de Jesús, “ciertamente tenemos que empezar a orar, y a rezar se empieza orando,
como se empieza a caminar caminando”, podemos empezar a orar y a caminar juntos
simplemente haciéndolo – mirando, pero, en la cima del monte, y no a los pies.
A lo mejor entonando juntos,
simplemente, el Flos Carmeli en frente de las tumbas de quien ha muerto
llevando puesto el don que nuestra Madre y Hermana nos ha dado a todos nosotros
Carmelitas.